LA JOYA DULCE DE SANTANDER-COLOMBIA
- @DianisGarciaN1
- 2 may 2018
- 2 Min. de lectura
El registro de este tradicional producto típico colombiano asciende de generaciones de campesinos de los municipios de Vélez, Puente Nacional, Barbosa, Guavatá y Moniquirá (Boyacá)
La fabricación del bocadillo es un proceso manual en el cual los campesinos de la región ponen todo su esfuerzo y trabajo, para brindar a los consumidores y compradores, lo mejor de este producto.
Hoy en día son más de 70 las fábricas dedicadas a la producción y distribución del bocadillo veleño envuelto en hojas de bijao las que le aportan sabor y aroma al producto, en donde su transformación se hace de manera manual pues luego de la siembra, abono, cosecha y tratamiento térmico, las hojas se lavan y se tienden para el secado con los rayos del sol.
También se destaca que la cosecha de la fruta se hace manualmente y el almacenamiento se debe realizar en un tiempo máximo de 48 horas.
Pero la alta calidad de este bocadillo también se da a los factores naturales de esta zona geográfica delimitada, pues la textura, el sabor y el aroma son reconocidos por los consumidores colombianos y extranjeros que pueden destacar a la guayaba blanca y guayaba roja como frutas únicas y deliciosas.
Además es un producto de orgullo nacional, ya que posee una reputación inigualable a lo largo de nuestra historia.
En el 2017 la noticia que lleno de orgullo a toda Colombia en especial a Santander es la de la Superintendencia de Industria y Comercio quien declaró la protección de la Denominación de Origen para el “Bocadillo Veleño” debido a la importancia que tiene este producto de costumbres nacionales y este cuente con un sello especial que lo cuida y exalta sus características y cualidades en Colombia y en el mundo.
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